Nada fácil
ha sido cambiar mi sentir frente a la muerte. La entiendo ahora, como un hecho
muy importante de la existencia que a cada uno nos corresponde. Y me conmueve
el decirlo; pero voy comprendiendo que es un instante final entre exhalar el
último suspiro y abandonar el cuerpo desconectándose de los sentidos. Es un
momento en que el moribundo está repasando su vida para sentir tranquilidad o
mucha confusión e intranquilidad, según su accionar pasado. Además, es el momento de sentir si le
corresponde escoger un estado de purificación, o de serenidad y goce, según su
karma en la existencia.
Comprendo que tengo un cuerpo cambiante, portador del espíritu permanente, que trascenderá por siempre a manera de energía cósmica, según El texto El libro tibetano de la vida y la muerte -Sogyal Rimpoché
Desde estas
lecturas valoro el disfrutar cada acción en un presente consciente y que el día
del momento final, continuará mi espíritu en serenidad y goce sintiendo la
muerte como una graduación de la existencia.
María Gabriela Quintero López
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