Intrepidez y arrojo, cual rana hacia el océano, se requieren para correr la cortina del SEM. También exige amorosamente meditar pausada y cotidianamente. Captar la presencia del presente luminoso, y el brotar de la sabiduría profunda del ser.
Desentrañarte, ¡oh sabiduría!, es un reto-cual llamado
planetario impulsador al cambio de actitud. Claridad radiante del pensar para
estar vigilante en lo esencial: cuidar el planeta, despejar mi mente delirios
acechantes de mis energías y de momentos preciados para sentir la frescura de
la montaña, el frío del rocío y despertar de la madrugada.
Mente dispersa, donde anidan innumerables pensares hechos de
energías, traídos de acá y de allá. Dejarlos ir lentamente en cada exhalación
pausada, y permitir la presencia de la verdad- sabiduría de la mente, antes de
siguiente exhalación. Deleitarse en esa presenciade la mente, es esa la acción
próxima invitada por mi voluntad Una mente tranquila serena. Serenidad, armonía, presencia mental, serían
el producto de observar con atención cada acción que realizo. De ese modo, alejar de mi mente hostilidades,
pensares destructivos, tendencia a la crítica, con actitud de aceptarlos. Aceptarlos, es reconocerme e integrarlos a la
verdad- camino a la iluminación.
Integrar entonces, la turbulencia de la mente, a la serenidad del océano -sabiduría del ser. Es lindo saber que cada ser tiene un maestro – un Buda dentro de sí. Y puede develarlo a través de la meditación. También es sorprendente que, al adoptar una posición corporal, tal como lo sugiere y texto, la mente se va aquietando y hasta un cansancio físico, se va suavizando. Gratificante es la presencia mental, en cada acción. Presencia mental, que ilumina mi ser, da seguridad y poder compasivo para escucharme y escuchar; para sentir que realizo acciones calidosas, fortifica la autoestima y calidad del ser. Cuan dispuesto y liviano ha de estar el organismo, para vivenciar y sentir, con deleite y tranquilidad cada acción que realizo. Esto es, integrar
la meditación a la acción. Hacerlo
frecuentemente, es mi propósito.
María Gabriela quintero Lopez
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